La revolución del GOES-16 | Servicio Meteorologico Nacional.

La revolución del GOES-16

El SMN adquirió la receptora que le permitirá tener imágenes satelitales provenientes del moderno dispositivo cada 15 minutos.

Autor: Mariela de Diego




 

Durante varios meses, los científicos de la NOAA y la NASA debatieron sobre la posición definitiva que tendría el GOES-16. Las dos ubicaciones posibles eran los 137°O (conocida como “GOES OESTE”) o  75°O (también llamada “GOES ESTE”). Para Argentina no daba lo mismo, ya que si se posicionaba hacia el oeste, no alcanzaría a tomar la superficie de nuestro país en su totalidad y además lo haría con una baja resolución.

Pero finalmente, el 25 de mayo, mientras por estas latitudes celebrábamos un nuevo aniversario de nuestra gesta independentista, la NOAA emitió el comunicado que informaba al mundo la ubicación definitiva que tendría el satélite: “GOES-16 will go east” decía el título, y abajo anunciaba que se ubicará en los 75 °O.

Pedro Lohigorry esperaba este anuncio muy ansioso y no es para menos. Él está a cargo de la División Vigilancia Meteorológica por Sensores Remotos (DVMSR) del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), y junto a su equipo es responsable de la emisión de Avisos Meteorológicos a Muy Corto Plazo (Ver nota “Ficha técnica”). 

Se trata de los avisos a la población sobre fenómenos severos que ocurrirán en plazos inferiores a las tres horas. Nada más y nada menos.

Para emitir estos avisos, la DVMSR se basa fundamentalmente en la información de radares meteorológicos y satélites. Por lo tanto, los avances que ocurran en estas tecnologías impactan directamente en su trabajo diario y en los servicios de alerta temprana que elabora el SMN.

“Hasta ahora, con el GOES-13 veíamos una imagen del centro y norte de Argentina cada media hora, y una imagen de la Patagonia cada tres horas. Ahora tendremos imágenes de todo el territorio cada 15 minutos”, explica Lohigorry.

 

Tener imágenes con mayor frecuencia y resolución espacial permitirá distinguir las tormentas severas con mayor facilidad y rapidez y así elaborar mejores pronósticos de cómo será su evolución. “Con la cantidad de canales espectrales incluidos en el ABI se podrán realizar múltiples combinaciones de bandas. Podemos decir que pasaremos de ver en blanco y negro con el GOES-13, a ver en colores con el GOES-16. Vamos a tener 60 veces más información que antes. Es muchísimo”, amplía el especialista.

El Servicio Meteorológico Nacional apuesta a maximizar los beneficios provistos por el satélite. En términos tecnológicos, está invirtiendo seis millones de pesos en la receptora satelital que le permitirá tener todos los datos del satélite en tiempo real, para elaborar sus pronósticos y alertas.

Respecto a la capacitación de los profesionales, un equipo de especialistas tradujo y adaptó las capacitaciones que la NOAA brindó a sus pronosticadores, para que los profesionales del SMN puedan realizarlas en una plataforma virtual. Además, un miembro del equipo de la DVMSR viajó en julio a la conferencia sobre satélites de la NOAA en Nueva York, para asistir a los cursos de capacitación del GOES-16.

CENIZAS VOLCÁNICAS

A pocos metros de la División de Vigilancia Meteorológica por Sensores Remotos, en el Servicio Meteorológico Nacional, funciona el Centro de Avisos de Ceniza Volcánica de Buenos Aires (VAAC por sus siglas en inglés). Es una de las nueve oficinas mundiales responsables de monitorear y alertar sobre la dispersión de las cenizas volcánicas luego de la erupción de un volcán. Es fácil imaginar la importancia que este servicio reviste para la aeronáutica, pero también para el transporte en general, la agricultura, la ganadería y todas las actividades de la sociedad.

Los integrantes de la VAAC saben que su trabajo se verá potenciado con el nuevo satélite. Así lo expresa su responsable, Gabriel Damiani: “La mayor resolución del satélite nos permitirá detectar erupciones pequeñas o de menor magnitud.  Al tener tanta cantidad de canales dentro del espectro electromagnético, se pueden hacer muchas combinaciones de bandas para lograr detectar ceniza, cantidad de masa, altura de la pluma y otros detalles importantes. Además permitirá observar estos fenómenos en condiciones más complejas, como cielo cubierto”.

Ximena Calle, que también integra la VAAC, anticipa el impacto que tendrá el satélite en términos operativos: “Como veremos más detalles, podremos emitir mayor cantidad de avisos sobre la dispersión de las cenizas. En definitiva, brindar un servicio más preciso y exhaustivo”. 

 



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