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Cuando la sustentabilidad es un buen negocio

Hoy, el cambio climático ya no es cuestión sólo de científicos y expertos. Cada vez más sectores de la sociedad en el mundo están mirando atentamente los procesos asociados a este fenómeno y siguen de cerca la agenda de adaptación y mitigación propuesta por organismos internacionales y cristalizada en el Acuerdo de París (AP). Entrevista a Virginia Villarino

Autor: Sofía Corazza














El único negocio que va a sobrevivir en el futuro es el que responda a los desafíos sociales y ambientales y que conviva con su entorno de forma armoniosa. Muchas empresas empiezan a ver que la sustentabilidad parece ser el mejor negocio. En esta entrevista, Virginia Vilariño nos cuenta todo sobre cambio climático y la sustentabilidad como único camino.

Vilariño trabaja desde hace siete años en el Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS), la cámara empresaria que nuclea a 100 empresas nacionales cuya agenda exclusiva es la sustentabilidad, el desarrollo sustentable y el rol del sector privado en éste. “Promovemos que las empresas sustentables sean las más exitosas”, adelantó Vilariño a Meteoros.


M: ¿Cómo surge y va cambiando la agenda de desarrollo sustentable?
V:
En el ´92 (Cumbre de la Tierra, Río 92) la agenda era muy ambiental y se basaba específicamente en lo que es gestión ambiental más bien básica. Ser eficientes en el uso del agua, en el uso de la energía, minimizar la producción de residuos, etcétera.  La agenda de sustentabilidad de hoy trata de seguir el mainstream global: los ODS (17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas), el Acuerdo de París, toda la agenda de acción climática, muy vinculada ya con la agenda energética. En ese sentido, la agenda gira en torno a la transición hacia energías renovables, a la difusión y la promoción de energía sustentable, a las medidas de mitigación frente al cambio climático. Es decir, entender los impactos que el cambio climático va a tener en todos los sectores y adaptarse a lo que inevitablemente va a suceder, aunque podamos limitar el aumento de temperaturas a las metas del Acuerdo de París. Porque aunque seamos exitosos limitando las temperaturas a las consensuadas en el AP, hay impactos que ya son irreversibles.

“Aunque seamos exitosos limitando las temperaturas a las consensuadas en el Acuerdo de París, hay impactos que ya son irreversibles.”

Matriz energética, energías renovables, mitigación y adaptación al cambio climático están incluidas, integradas en la agenda de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible). Unos meses antes del Acuerdo de París, en septiembre de 2015, todos los países que integran Naciones Unidas acordaron lograr 17 objetivos de sustentabilidad hacia el año 2030 y 169 metas contenidas en todos los objetivos, con indicadores específicos para hacer el monitoreo del avance de esas metas. Cada gobierno debía adaptar sus políticas para alcanzar aquellos objetivos.


M: ¿Qué mueve a una empresa a comprometerse con algo que no está directamente vinculado con la lógica de rentabilidad?
V:
Para las empresas, la agenda de sustentabilidad en general podría verse como una carga adicional -requisitos legales, ambientales, tratamiento de afluentes-. Nada sucede mágicamente, hay que invertir, por ejemplo, en una planta de tratamiento, cambiar el proceso para que sea más eficiente, cambiar la maquinaria, poner plata. Pero hoy, las empresas, por lo menos las que trabajan con el CEADS, ya no lo ven como una carga que tienen que cumplir para operar en el país, lo ven como una ventaja competitiva dentro de su sector y más allá de su sector también. Hoy está claro que cualquier empresa que mire el largo plazo, que quiera seguir haciendo negocios por mucho más tiempo, crecer e innovar, sabrá que la sustentabilidad es la única forma de mantenerse competitiva y rentable en el tiempo. Esto explica el compromiso. Es un tema de gestión de riesgo.
Las empresas quieren anticiparse, quieren saber, entender qué impactos les deparan. Conocemos y difundimos los escenarios de cambio climático que desarrolló el Gobierno para la Tercera Comunicación Nacional. Hay gerentes de cadenas de valor que están mirando esos datos y se preguntan ¿Qué significa? ¿Me quedo sin trigo? ¿Se inundan los puertos y no puedo sacar o recibir productos?

“Si yo soy más eficiente, uso mejor los recursos, mi proceso es más competitivo, mis costos menores y tengo menos riesgo de quedarme sin insumos o depender de insumos que después no se si van a estar disponibles o a qué costo estarán.”

Nuestra posición es tomar a la ciencia como base y, ante el problema real, tomar decisiones basadas en ciencia. La agenda de adaptación tiene cero resistencia en el sector privado. Si es adaptarse, todos estamos en ese barco, ninguna empresa va a decir no me interesa lo que va a venir o no me interesa prepararme.

 “La agenda de adaptación tiene cero resistencia en el sector privado. Si es adaptarse, todos estamos en ese barco, ninguna empresa va a decir no me interesa lo que va a venir o no me interesa prepararme.”

Ese es el rol del CEADS: poder traducir al lenguaje de las empresas estas grandes tendencias de la sustentabilidad, los desafíos que enfrenta el mundo en temas ambientales, sociales y económicos. Para que vean que, si en su producto y servicio incluyen la mirada de la sustentabilidad y ofrecen soluciones sustentables, productos y servicios sustentables, su negocio va a ser todavía mejor.

M: ¿Qué lugar tiene, en este estado de cosas, la información meteorológica? ¿Nos explicarías algunas conclusiones del informe especial del IPCC publicado en octubre de 2018?
V:
En el IPCC participé de este reporte, “Calentamiento Global en 1,5 °C”, pero ya había participado antes, en el quinto informe de evaluación. Ahora comienza el sexto, donde también estoy convocada. El informe es un requisito de la Convención Marco de Naciones Unidas luego de firmar el Acuerdo de París, que establece limitar el aumento de temperatura a nivel global a menos de 2 °C y tender a limitarla a 1,5 °C (ver nota de escenarios futuros).
Entonces se preguntaron: ¿Cómo se hace esto? ¿Es posible? ¿Qué se requiere? ¿Cuál es el beneficio de apuntar a 1,5 °C en lugar de apuntar a 2 °C? ? Esto es lo que se le pregunta al IPCC en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sin dejar fuera los objetivos en otros aspectos. Cómo hacemos para cumplir las metas climáticas pero sin dejar de lado el cumplimiento de las metas de desarrollo de los países. Esto es lo que el informe responde. El análisis es muy diverso e integra varias esferas o aspectos de lo que hace a la factibilidad, no es fácil decir si es posible o no. En algunos países se implementa muy rápido sin mayores complejidades y en otros todavía están intentando hacer lo mismo hace un tiempo. No hay una respuesta única e inequívoca.
El informe no puede ser “policy prescriptive”, es decir, tiene que ser neutral en términos de políticas, no puede decir “todos los países tienen que hacer esto” y esa es la mejor política que hay que asumir. Lo que hace es evaluar la producción científica. Aquello que no está analizado por la comunidad científica internacional no se puede decir. El informe contesta todo lo que puede contestar y resalta dónde está el gap (brecha) de investigación y de información para aquello que no puede explicar. Lo que sí marca, en muchos capítulos, es un análisis de la diferencia existente entre 1,5 y 2 °C. La diferencia que hay en términos de impacto, qué impactos se pueden evitar si no superamos el 1,5 y qué beneficios vienen asociados al 1,5 y no al 2 °C.

M: ¿Cómo lidiar con la idea de que la disminución en la emisión de gases de efecto invernadero va en contra del desarrollo de los países emergentes? ¿Qué es lo que realmente hace la diferencia en términos de mitigación?
V:
Para lograr las reducciones tan drásticas que requiere la meta de 1,5 o la de 2, no hay una bala de plata. No hay una medida que alcance. Necesitamos todas las medidas habidas y por haber, todas las medidas que existen extrapoladas a la máxima expresión. Con todo eso, quizás se pueda.
Desde separar la basura hasta el parque eólico más grande que te puedas imaginar en la Patagonia. Todo, absolutamente todo, es necesario, no hay nada que podamos dejar de hacer hoy si queremos limitar el aumento de temperaturas a 1,5 o 2 °C. No hay un sector, una medida o grupito de medidas en las que podemos descansar para lograrlo. Hay medidas que son indispensables, porque sin ellas no vamos a lograr el objetivo. Una de ellas es implementar la energía renovable.  La transición hacia energías renovables es condición sine qua non para limitar el aumento de temperaturas a nivel global. Hasta ahora, los escenarios  capaces de lograr el objetivo de limitar la temperatura a 1,5 °C o muy por debajo de los 2 °C, requieren de una descarbonización a nivel mundial.

“La transición hacia energías renovables es condición sine qua non para limitar el aumento de temperaturas a nivel global.”

Al inicio de este siglo, deberíamos haber descarbonizado la matriz energética mundial mediante medidas de eficiencia energética, con altísima participación de energías renovables. En este sentido, la energía nuclear en muchos países va a tener un rol, porque es una energía de emisión cero de CO2.

M: Una opción para disminuir la cantidad de CO2  en la atmósfera es recurrir a su captura. ¿En qué consiste esta técnica?
V:
En lugar de emitir el CO2 por la chimenea de la industria o de la central termoeléctrica, se reinyecta en yacimientos geológicos donde queda por siempre enterrado. Esto es muy cuestionado porque tiene que ser un yacimiento geológico especial donde sea seguro que no va a haber ninguna fisura. Ya hay identificados yacimientos en el mundo, hay escenarios muy avanzados.

“PARA LOGRAR LAS REDUCCIONES TAN DRÁSTICAS QUE REQUIERE LA META DE 1,5 O LA DE 2, NO HAY UNA BALA DE PLATA. NO HAY UNA MEDIDA QUE ALCANCE. NECESITAMOS TODAS LAS MEDIDAS HABIDAS Y POR HABER, TODAS LAS MEDIDAS QUE EXISTEN EXTRAPOLADAS A LA MÁXIMA EXPRESIÓN. CON TODO ESO, QUIZÁS SE PUEDA.”

Hay muchos científicos y también gobiernos que creen que no vamos a poder implementar todas estas medidas de eficiencia energética en el transporte, la gente consumiendo mejor en su hogar, todo el mundo con una dieta sustentable y saludable, todo el mundo reciclando, todas las medidas que hay que tomar y ya, porque la ventana es en los próximos años. Entonces, dicen  “tengamos el plan B”. Si esto no funciona, si no logramos el plan rápido, el plan B son medidas consistentes en tecnologías más controvertidas de captura y secuestro de CO2, ya sea en yacimientos geológicos o, por ejemplo, en productos de donde no salga. La manera más fácil, que no es cuestionada para nada, es la reforestación. Si vos reforestás todo el mundo, todos esos árboles que captan CO2, conservás esos árboles, que nadie los tale, el CO2 queda ahí en la madera. El carbono va a quedar ahí por un larguísimo ciclo de vida, 60 o 70 años.
Independientemente de todo lo que hacemos para emitir menos, igual tenemos exceso de carbono en la atmósfera, el CO2 que ya hay en la atmósfera es demasiado. Todos estamos de acuerdo en la reforestación y va a ser necesaria. Las otras medidas son muy costosas y arriesgadas. ¿Por qué invertir en estas tecnologías arriesgadas si, por ejemplo, al invertir en eficiencia energética te ahorras plata? Invirtamos en energía renovable que no hay ningún riesgo, todos ganamos, pongamos la plata acá.

M: ¿Que es la generación distribuida y cómo está Argentina respecto del tema?
V:
La generación distribuida es que las viviendas que instalan paneles solares generan su propia energía y a la vez inyectan energía a la red. Provincias como Salta, Santa Fe, Misiones, Entre Ríos, ya lo implementaron. Lo que sí salió es la ley a nivel nacional, ahora se está por reglamentar, después las provincias tienen que adherir. En la mayoría de las provincias que yo conozco, hay un beneficio económico, porque ellos te pagan más por la energía que aportas que lo que te cobran por la que consumís. En Salta, por ejemplo, el kilovatio se paga el doble. En toda Europa, ese sistema fue el que más expandió la agenda de auto-generación de energía renovable.

M: ¿Cómo estamos hoy en relación con la matriz energética en Argentina?
V:
Hace dos años, antes de la reglamentación de la ley de renovables, sacando la hidroeléctrica, que también es renovable, las otras energías en la matriz eléctrica eran de menos del 1 %.  A fines del 2019, van a ser entre un 8 % y un 10 % y hacia el 2025 se espera que por lo menos, si no se excede la meta de la ley, sean un 20 %. De casi nada en 2016, vamos a llegar en poco tiempo, a un 20 % de energías renovables y eso es lo que la ley ya marca.  Yo estoy segura de que se va a superar porque hoy la energía renovable en Argentina y en el mundo es muy competitiva.
Por eso digo que muchas empresas tienen como objetivo el ser 100 % energía renovable. Porque es competitiva y en unos años da previsibilidad, porque la energía renovable es una técnica que cada año baja su costo. La solar, por ejemplo, ha bajado tremendamente de costo. La tecnología sigue avanzando y el precio sigue bajando. El precio más o menos es seguro, no está sujeto a guerras en ningún lado, ni al precio internacional del petróleo, tiene muchos beneficios. El sol va a seguir saliendo, el viento seguirá soplando. De a poco, por suerte, las medidas, acciones, comportamientos y los hábitos que hacen más sustentable la producción, las industrias y nuestro día a día, van a ir convergiendo con la conveniencia económica, los impactos sociales positivos, los impactos económicos. Es un beneficio para todos.

 



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