Volcanes y cambio climático | Servicio Meteorologico Nacional.

Volcanes y cambio climático



Durante las erupciones volcánicas se inyectan en la atmósfera extraordinarias cantidades de gases, aerosoles y ceniza que pueden mantenerse en suspensión durante días, meses o incluso años. Estas partículas en la atmósfera  pueden ocasionar serios daños a la salud y al transporte aéreo. Pero ¿tienen algún efecto en el clima? ¿Hasta dónde pueden llegar las cenizas?

 




Durante las erupciones volcánicas se inyectan en la atmósfera extraordinarias cantidades de gases, aerosoles y ceniza que pueden mantenerse en suspensión durante días, meses o incluso años. Estas partículas en la atmósfera  pueden ocasionar serios daños a la salud y al transporte aéreo. Pero ¿tienen algún efecto en el clima? ¿Hasta dónde pueden llegar las cenizas?

 

La erupción del volcán Kilauea acaparó el interés mundial en la última semana. Las imágenes muestran una densa columna de gases empujados por el viento. Según los expertos que monitorean su actividad, estos flujos quedaron confinados a niveles troposféricos ya que alcanzaron una altura aproximada de 9 km. De haber llegado a la estratosfera, el panorama sería distinto. Los vientos muy fuertes que predominan en esta capa atmosférica se hubieran encargado de dispersar los gases con rapidez a todo el globo, lo que podría tener consecuencias en el clima local y global.

 

LA NUBE VOLCÁNICA

Los impactos más significativos a corto plazo de una nube volcánica proviene de las cenizas y del dióxido de azufre. En el caso del dióxido de azufre su combinación con vapor de agua puede formar una nube de pequeñas partículas de ácido sulfúrico que reflejan la radiación solar hacia el espacio, provocando un enfriamiento en la  superficie del planeta. Por otro lado, la emisión de grandes cantidades de ceniza volcánica puede generar un efecto similar en la atmósfera pero sus efectos son menos duraderos, ya que por su tamaño caen hacia la superficie en pocas semanas. Las nubes volcánicas pueden reducir la  iluminación solar directa a un 5 ó 10% y generar bajas considerables de temperatura a nivel global.

 

Entre los gases emitidos durante una erupción también se encuentran los conocidos como gases de efecto invernadero- como el dióxido de carbono (CO2)-  que modifican la composición de la atmósfera y promueven el calentamiento global, o el sulfato mencionado anteriormente, que puede agotar la capa de ozono.  

 

LOS REGISTROS

En el siglo pasado algunas erupciones han causado una disminución en la temperatura promedio en la superficie de la Tierra de hasta medio grado en períodos de uno a tres años. La erupción del Monte Pinatubo el 15 de junio de 1991 fue una de las mayores erupciones del siglo XX e inyectó una nube de 20 millones de toneladas de dióxido de azufre en la estratosfera a una altitud de más de 30 km. La erupción del Pinatubo registró la mayor nube de dióxido de azufre jamás observada en la estratosfera desde el comienzo de las observaciones por satélites en 1978. Causó lo que se cree que es la mayor inyección  de aerosoles a la estratosfera del Siglo XX, aunque probablemente sea menor que las ocurridas en las erupciones de Krakatoa en 1883 y Tambora en 1815.


 

Las cenizas de la erupción del Krakatoa (1883) alcanzaron aproximadamente 80 kilómetros de altitud. Esto aseguró su permanencia por años en la estratosfera,tapando en cierto grado la radiación solar y disminuyendo la temperatura global del planeta hasta 1.2ºC en el año siguiente.

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¿Los volcanes de la Tierra emiten más CO2 que las actividades humanas?

No. El dióxido de carbono (CO2) es un gas de efecto invernadero y es el principal gas  responsable de lo que se conoce como cambio climático. Mientras que el dióxido de azufre liberado en las erupciones volcánicas contemporáneas ocasionalmente ha ocasionado un enfriamiento global detectable de la atmósfera inferior, el dióxido de carbono liberado en este tipo de erupciones nunca ha causado un calentamiento global detectable de la atmósfera.

 

En 2010, las actividades humanas fueron responsables de proyectar 35 mil millones de toneladas métricas (gigatoneladas) de emisiones de CO2 . Hasta la fecha, todos los estudios de las emisiones de dióxido de carbono volcánico a nivel mundial indican que los volcanes emiten menos del uno por ciento del dióxido de carbono liberado actualmente por las actividades humanas. Si bien se ha propuesto que la liberación volcánica intensa de dióxido de carbono en el pasado geológico profundo causó el calentamiento global, y posiblemente algunas extinciones en masa, este es un tema de debate científico en la actualidad.

 

Las estimaciones científicas indican que el 2017 finalizó con la emisión de 41 gigatoneladas de CO2 emitidas a la atmósfera, de las cuales 37 gigatoneladas proceden del uso de combustible fósiles y menos de 4 a la emisión de volcanes

 

No hay duda de que las erupciones volcánicas muy grandes pueden inyectar cantidades significativas de dióxido de carbono en la atmósfera. La erupción de 1980 del Monte Santa Helena emitió aproximadamente 10 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera en solo 9 horas. Sin embargo, actualmente la humanidad tarda solo 2.5 horas en emitir la misma cantidad. Si bien las grandes erupciones explosivas como esta son raras y solo ocurren globalmente cada 10 años más o menos, las emisiones de la humanidad son incesantes y aumentan cada año.

 

Centros de Avisos de Cenizas Volcánicas

En el año 1998 la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) creó los Centros de Avisos de Cenizas Volcánicas. Desde entonces existen 9 centros en todo el mundo, responsables del monitoreo y pronóstico de las cenizas volcánicas, información que es fundamental para la seguridad de las operaciones aéreas a nivel global.

El Servicio Meteorológico Nacional de Argentina es el responsable del Centro de Avisos de Cenizas Volcánicas Buenos Aires (VAAC por sus siglas en inglés), que realiza la vigilancia sobre más de 150 volcanes dentro de su área para brindar información sobre la extensión lateral y vertical y el movimiento pronosticado de las cenizas volcánicas en la atmósfera.

 

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