El agujero de ozono podría aparecer más tarde de lo previsto: ¿Cuál es la causa? | Servicio Meteorologico Nacional.

El agujero de ozono podría aparecer más tarde de lo previsto: ¿Cuál es la causa?



Los datos recientes indican que la concentración de ozono estratosférico es más elevada que  lo normal, lo que sugiere que la apertura del agujero de ozono podría retrasarse este invierno.


 


 

Cada año, los científicos monitorean atentamente la evolución del agujero de ozono, y observan las fluctuaciones de ese gas en la estratósfera para entender mejor su comportamiento y las implicancias para nuestro planeta y la vida. 

 

Pues bien, las últimas mediciones desde el Polo Sur son interesantes: ¡hasta el momento, la cantidad de ozono se mantiene casi sin cambios! Sin embargo, esta noticia no implica que el problema del agujero de ozono esté solucionado. 

 

Un invierno particular

 

El ozono, una molécula compuesta por tres átomos de oxígeno (O₃), forma una capa en la estratósfera que actúa como un escudo, protegiendo la vida en la Tierra de los dañinos rayos ultravioleta (UV) del Sol. Sin esta capa protectora, la radiación UV podría causar un aumento en casos de cáncer de piel, cataratas, y otros problemas de salud, además de afectar negativamente a los ecosistemas marinos y terrestres.

 

El agujero de ozono es el adelgazamiento de esta capa. Ocurre de manera cíclica todos los años sobre la Antártida, entre julio y diciembre. Sin embargo, la destrucción de las moléculas de ozono comienza unas semanas antes. En condiciones normales, para esta fecha la cantidad de este gas suele evidenciar una caída, algo que este año todavía no está sucediendo.  


Este retraso tiene una causa: la deformación del vórtice polar que contribuye al calentamiento de la estratósfera. 

 

El vórtice polar es una banda de vientos fuertes del oeste que se forma en la estratosfera, entre unos 15 y 30 kilómetros por encima de los polos cada invierno. Los vientos circunvalan una gran reserva de aire extremadamente frío. Cuantos más fuertes son dichos vientos, más se aísla el aire frío en su interior y más baja su temperatura.



 

Pero en algunas situaciones, este vórtice se desestabiliza y se debilita o rompe momentáneamente, permitiendo que aire más templado ingrese a la estratósfera provocando un calentamiento en ese sector de la atmósfera. Esta situación tiene dos grandes implicancias en el hemisferio sur: disminuye la destrucción del ozono y, si se combina con otros factores, produce situaciones de frío extremo, como el que tuvimos en Argentina a comienzos de julio.  

 

Más ozono por más tiempo

En las zonas polares, el aire de la atmósfera más alta puede llegar a tener temperaturas cercanas a los -80 °C. Estos valores tan extremos hacen que no solo el agua se congele, sino también otros gases. Tal es así que suelen aparecer un tipo de nubes, llamadas Nubes Estratosféricas Polares (NEP),  que funcionan como un reservorio de sustancias destructoras del ozono, formadas por cloro, bromo y nitrógeno, entre otras. 



 

Pero este invierno en particular,  la producción de estas nubes es mucho más baja en comparación con otros años. Esto se debe al calentamiento de la estratósfera, que hace que las temperaturas no sean lo suficientemente bajas para su formación y, por lo tanto, el ozono está a salvo de ellas. 

 

Como consecuencia, es esperable que este año el agujero de ozono se forme más tarde, se cierre más temprano y sea menos profundo. 


 

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